capitulo 1: todo comenzó con una pelea

-¡Mariaaaaaaaaa he dicho que vuelvas aquí inmediatamente!-dijo mi padre muy enfadado
-¡No voy a volver, me voy de palacio ahora mismo y tú no me lo impedirás!
-¡No hagas que mande a la guardia a buscarte y te encierren en tu habitación!
-¡Como si no lo hicieras siempre que quiero! ¡me paso el día encerrada en palacio sin poder sali! ¡quiero conocer gente y nuevo mundo!
-¡Ya sabes lo que te he dicho un monton de veces: no puedes salir y se acabó!
Me fui a mi habitación muy enfadada es que no comprendía ese viejo que ya no era una sirena pequeña, que tenía diecisiete años, que había crecido y madurado.
Llegué a mi habitación y empecé a buscar en el armario algo que poder llevarme hacia donde me dirijía, pero seguro que todo lo que tenía no me seviría allí.
Me dirijí a una cajita de música que tenía al lado de la cama y cogí el colgante que me regaló mi madre antes de dormir me lo coloqué alrededor del cuello, pero antes de salir de mi habitación, apareció Erika-mi doncella, mi confidente y mi mejor amiga.

- ¿Ya te ha mandado mi padre para que recapatice y le pida disculpas?
-No. He venido ha que entres en razón y no hagas ninguna locura que luego te puedas arrepentir.
-Pues has venido a perder el tiempo, me voy ahora mismo, y si me disculpas dejame pasar.
-Por favor María se más sensata, si tu padre se entera pondrá todo el océano patas arriba con tal de encontrarte.
-Ël sabrá donde encontrarme y si no que me hubiera dejado más libertad, para no hacer como dices tú una locura insensata- y diciendo esto me fui de palacio, Hecharía demenos todo esto pero sobre todo a Pegui el gran caballo de mar que me regaló mi padre cuando cumplí los trece años y con el que tantas travesuras había hecho.
Llegué casi a la puertas de la gran muralla, me asomé y hay estaban los guardias de mi padre haciendo vigilancia. ``¿Y ahora cómo salgo?´´
-Mi padre os llama ante él
-Lo siento princesa pero no podemos movernos de nuestro puesto
-Si no vais ante él, ya sabeis como se pondrá- cuando dije esto empezaron a cambiar de color, y se fueron nadando como alma lleva el diablo- si os hubierais visto la cara- riendo
Una vez que los perdí de vista, empecé a abrir un poco la puerta hasta poder salir, luego la  cerré.
-¡¡YUJUUUUUUUUUUUUUUU POR FIN LIBRE!!!!!!!!!!!!-dije gritando
Empecé a nadar todo lo rápido que pude, tenía que alejarme del reino de mi padre antes de que descubrieran el pequeño engaño, pero mi satisfacción no duró poco hay los tenía detrás mía y cada vez acercandose más, por que no podrían dejarme en paz de una vez. Empecé a nadar todo lo rápido que me daba mi cola, si me cogían me encerrarían en mi habitación y no me dejarían salir hasta nueva orden. Antes de que mamá muriera nuestra gente podía subir a la superficie, pero desde que murió por causa de una herida que le había hecho un arpón no nos volvió a dejar subir a la superficie por miedo a que nuestra gente muriera y a mí se me había impuesto no salir de palacio sin escolta por si me escapaba e iba a la superficie, de esto hace ya tres años.
Espero que cuando mi padre, se entere de que me he marchado lo entienda y que deje que cometa mis errores.
Me giré para saber si los había dejado atrás, pero hay estaban igual de insistentes y mucho más cerca que antes.
-¡María no lo hagas más difícil y vuelve no hagas que te cojamos por la fuerza!
-¡NUNCA!
-¡Muy bien!- chicos a por ella
En el último momento me escabullí y me escondí en una cueva submarina, ``por lo menos ahora no me encontrarán´´ me adentré en la cueva, parecía que al final se veía una luz, me acerqué con cuidado y hay estaba la superficie. Me dirijí a la superficie y cuando asomé la cabeza, hay estaba la gran añoranza a la superficie, en la orilla se veía a un grupo de chicas mirando a los surfistas, pero sobre todo a un chico que había cojido una gran ola. Me dirjí detrás de una roca para que no me vieran esas chicas y así poder ver al chico
¡GUAUUUUUHHHHHH parece que sabe bastante bien lo que hace!Pero mi felicidad no duró mucho, un surfista se metió en su ola, y lo tiró de la ola. Tengo que darme prisa si no se ahogará. Nadé como nunca había nadado en mi vida y lo cogí de la axila, me lo llevé hasta donde había estado escondida y lo saqué a la superficie. Lo puse encima encima de una roca y me volví a sumergir, me escondí en una piedra un poco más lejos para ver si se despertaba, me dí cuenta de que se acercaban dos chicos corriendo y saltando  de una piedra a otra:
-¡Jose ayudame a levantarlo, creo que aún respira!- el chico moreno lo cogió por las axilas y el otro por los tobillos, se lo llebaron de las rocas y lo dejaron en la orilla.
-¡Mira esta despertando!-dijo el chico morena acercandose un poco
El chico que había salvado abrió los ojos e intento incorporarse
-Creo que tendrías que quedarte en tu sitio Javi
Asi que así se llama al que he salvado, no lo olvidaré
-¿Qué me ha pasado?-dijo tocandose un poco la frente
-Nada un surfista te ha tirado de la ola y por poco más y te mata.
Ahora que me daba cuenta tenía la cara un poco magullada
-¿Qué te ha pasado?
-Le he dado su merecido a ese surfista no te preocupes- dijo con una sonrisa
-Será mejor que nos ballamos a mi casa a curarme, me duele mucho la cabeza